Ubisoft quería expandir su franquicia HAWX desde los combates aéreos puramente "dogfight" hasta abarcar otros aspectos de la acción a bordo de aeronaves, y esa era su principal premisa de cara a su segunda entrega. Objetivo conseguido. HAWX 2 es netamente superior a su primera parte en la faceta jugable, y lo es gracias a una severa inyección de una sorprendente dosis de variedad a su fórmula.
Niveles nocturnos, de bombardeo, de infiltración y la inclusión de aspectos del día a día del piloto como el aterrizaje, el despegue o el repostaje en el aire pueden parecer inclusiones accesorias para determinado tipo de aficionados, pero contribuyen a dar empaque a un videojuego que ya en su primera parte era notable, y que en esta ocasión consigue elevar un poco más el listón.
Ídolos del Aire
HAWX 2 comienza seco. Una breve cinemática nos pone en situación del contexto político que nos rodeará, y nos presenta los hechos que viviremos. Todo comienza con la desaparición de tres cabezas nucleares rusas de unas instalaciones, lo que desencadena una alarma y un conflicto internacional que se desarrollará por todo el globo y que estará promovido por insurgentes y radicales.
HAWX 2 comienza seco. Una breve cinemática nos pone en situación del contexto político que nos rodeará, y nos presenta los hechos que viviremos. Todo comienza con la desaparición de tres cabezas nucleares rusas de unas instalaciones, lo que desencadena una alarma y un conflicto internacional que se desarrollará por todo el globo y que estará promovido por insurgentes y radicales.
La introducción de un concepto de experiencia es uno de los puntos más interesantes del juego. Acabando con objetivos enemigos obtendremos puntos canjeables por mejoras y aparatos |
Comenzaremos dando nuestros primeros pasos en Oriente Próximo en una base aliada realizando nuestras primeras maniobras de prueba. Reconocimiento de unidades, comprobación de un convoy... No pasarán ni unos minutos antes de que saltemos de este mero nivel de introducción a gestas mucho más apasionantes. Nuestro primer combate llegará con la inspección de un grupo de aeronaves desconocidas que acabará en emboscada, y a partir de salir vivos de ese envite comenzaremos a movernos por todo el mundo en el papel de pilotos ingleses o rusos en una historia que se nos cuenta a varias bandas.
A pesar de que Ubisoft nos confirmó hace unas semanas que nada tenía que ver el guión de HAWX 2 con la mano de Tom Clancy, lo cierto es que su historia tiene mucho más del estilo del popular escritor norteamericano que la primera. El conjunto de la narrativa, de hecho, es mucho más compacto que el original, y la historia se sigue con atención e interés, hilando con sorprendente buen ritmo los diferentes niveles de los que se compone la campaña.
El relato se desarrolla, como decimos, con cinemáticas al comienzo de los niveles, pero también con conexiones directas con nuestros altos mandos durante las misiones. Sus figuras aparecerán en la parte superior derecha de la pantalla en forma de videollamada, y nos comentarán dinámicamente los cambios que sufran nuestros objetivos en función de los sucesos que vayan acaeciendo.
Pese a que el videojuego encuentra su mayor fortaleza en el cooperativo, las modalidades competitivas on-line tampoco son en absoluto desdeñables. |
Sin embargo, y como no podía ser de otro modo, al Modo Historia hay que sumar la presencia de otras modalidades individuales como las de Vuelo Libre, Supervivencia y Arcade. Las dos primeras aparecen liberadas desde el comienzo, mientras que para acceder a la tercera hay que terminar la campaña. Arcade es, como su propio nombre indica, una experiencia plagada de acción con las misiones del Modo Historia como protagonistas, aunque modificadas para no estar constreñidas por las características que ahí las encorsetan. En Supervivencia, por otro lado, debemos superar el reto de vencer a oleadas de cazas enemigos; mientras que en Vuelo Libre podemos familiarizarnos con los controles de los diferentes aviones en los escenarios del juego sin miedo a ser atacados.
Por otra parte el multijugador vuelve a ser el principal foco de atención jugable del videojuego, y es que es ahí donde residen las mayores dosis de diversión y entretenimiento. En primer lugar podemos jugar conjuntamente con tres usuarios más la campaña cooperativa, ya sea en su totalidad o por misiones; además los modos Arcade y Supervivencia anteriormente descritos también están igualmente disponibles para disfrutar con amigos. La única modalidad competitiva es el Combate por Equipos que nos permite disputar a 8 jugadores, y en cinco mapas, espectaculares batallas aéreas en las que gana el equipo que más puntos obtiene acabando con los enemigos humanos o con las unidades pilotadas por la IA enemiga.
La espectacularidad de los combates es uno de los puntos fuertes del título. Eso sí, también se han incorporado infinidad de matices a la jugabilidad como los aterrizajes, despegues, repostajes... |
El principal salto de HAWX se produce precisamente a nivel jugable, y esa es la mejor noticia que una secuela puede regalarnos. Si nos gustó la primera entrega, la segunda es un más y mejor de todas sus virtudes y una corrección de sus escasos defectos, y si fuimos de los pocos que quedaron decepcionados con la notable propuesta de su predecesor podremos encontrar un título más completo en esta ocasión.
El mayor punto que notaremos en favor de la secuela con respecto a la primera parte es la fuerte inclusión de variedad en el cóctel de la franquicia de Ubisoft. Esto se consigue haciendo que en los niveles de los que consta la campaña cueste ver un patrón que se repita o una línea constante entre ellos. Sin ánimo de crear spoiler alguno podemos señalar que en los primeros capítulos tenemos un par de combates aéreos de gran espectacularidad intercalados por un aparatoso repostaje, una dramática emboscada enemiga, así como una destrucción de posiciones enemigas desde la torreta de un bombardero al más puro estilo Modern Warfare 2, y un nivel de reconocimiento y búsqueda de un objetivo con el manejo de un dron espía ataviado con un radar de señales de audio.
Lógicamente lo que predominan son los combates aéreos a bordo de sofisticadas y rapidísimas bestias metálicas aladas, pero la diversidad de tipos de misiones y la propia alternancia en la dinámica de los mortales y vertiginosos bailes entre las diferentes aeronaves contribuyen a crear una sensación muy entretenida y satisfactoria de cara al jugador.
Otra de las grandes novedades es el empleo de las armas de precisión que nos permite emplear un contundente arsenal táctico con enorme exactitud. Lanzarlas es tan sencillo como disparar cualquier otro tipo de misil, sin embargo la mayoría de ellas tienen la particularidad de que nos permiten controlarlas en pleno vuelo mientras el avión se mantiene estable controlado por la IA hasta que abandonamos el manejo del proyectil o lo estrellamos contra el objetivo. Como es lógico somos ciertamente vulnerables cuando abandonamos el pilotaje de nuestro aeroplano, de modo que es importante ser rápido a pesar de lo divertido que puede resultar dirigir manualmente un objeto de tan alto poder explosivo.
Por lo que respecta al manejo de las aeronaves cabe destacar que el videojuego vuelve a apostar por un estilo intermedio entre el arcade y la simulación que, en esta ocasión, se vuelca más decididamente hacia la primera instancia. Los niveles de dificultad vuelven a ser tres, siendo el primero de ellos francamente generoso en cuanto al manejo del avión, a la resistencia de los enemigos y a la cantidad de munición con la que cargamos en nuestro aparato; mientras que el último de ellos es una verdadera prueba de fuego para los más veteranos.
Sí hemos notado en las dificultades más altas algunos elementos de los que nos hablaron Bogdan Bridinel y Emil Gheorghe, de Ubisoft Romania, cuando tuvimos la oportunidad de entrevistarnos con ellos. Entre estos se cuenta un trabajo superior en cuestión de físicas y algunos puntos de interés como el efecto del viento que en ambos casos afectarán a la movilidad de nuestra nave. Son ajustes que probablemente pasen desapercibidos para los usuarios más habituados a lo Arcade o que empleen los niveles Recluta y Normal, aunque sí serán de agradecer por parte de los veteranos de este tipo de títulos que usen los niveles de desafío de mayor reto.
Los escenarios han vuelto a ser recreados con imágenes por satélite con enorme mimo. Los de Oriente Medio pueden resultar algo desérticos, como es lógico, pero otros están cargados de detalles. |
A nivel visual HAWX 2 mantiene una línea muy similar a la que pudimos ver en su primera entrega, con unos modelados para los aviones realmente espectaculares, y con unos entornos naturales y urbanos de una calidad muy respetable a pesar de ser uno de los talones de Aquiles más habituales de esta clase de videojuegos.
Concretamente han vuelto a emplear la misma técnica de recogida de imágenes por satélite para recrear los escenarios que sobrevolaremos, aunque en esta ocasión con una mayor carga poligonal en todos ellos y unas texturas de mayor calidad. Lógicamente si volamos a baja altura veremos todas las imperfecciones del terreno, sin embargo el título está pensado para sobrevolarlo a altitudes enormes, y ya a partir de los 300 metros comenzará a presentar un aspecto extraordinario convenientemente barnizado por un tratamiento de las distancias, de las nubes y de la iluminación verdaderamente notable.
Los aviones, sin embargo, vuelven a ser el verdadero punto fuerte del videojuego a nivel visual. Su recreación es fantástica, cuentan con una texturización extraordinaria y un número de polígonos muy bueno. Además están tan detalladas las visualizaciones exteriores de la aeronave como la cuidada cámara de la cabina del piloto. ¿Sin pegas? No, echamos en falta un tratamiento más trabajado de los dientes de sierra en el fuselaje de la nave, pero por lo demás el conjunto cumple sobradamente las expectativas.
Por lo que respecta al rendimiento y a la tecnología no tenemos queja alguna acerca de una tasa de imágenes por segundo alta y rocosa, unos efectos que resuelven su cometido de forma muy efectiva y de las técnicas de iluminación que ya hemos descrito anteriormente como brillantes.
La faceta del audio se completa con un nivel también alto. Quizá el doblaje sea algo irregular y falto de dramatismo en algunas voces como, por ejemplo, las que se ponen en contacto con nosotros a través de la radio; pero la totalidad del título está localizado a nuestro idioma con un nivel más que aceptable. La música quizá pierde protagonismo con respecto a la primera entrega tanto por inspiración como por presencia, pero los efectos vuelven a rayar a gran altura con mención especial al estruendoso estallido cuando nuestros aviones sobrepasan la velocidad del sonido.
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