Hace unos días saltó a la red un nuevo producto de seguimiento masivo: PS Jailbreak. Una memoria USB para piratear la PS3 y que a aparte de permitir lanzar juegos piratas, deja instalar copias de juegos en el disco duro de PS3, lo que no ha caído muy bien en Sony.
No habían pasado dos días desde que se podía comprar el PS Jailbreak cuando Sony comenzó a banear PS3 de PSN (servicio online de Sony). Las unidades de PS Jailbreak seguían vendiéndose como churros en todo el mundo y Sony no ha tenido más remedio que tirar de recursos para presionar a los países y hacer que éstos prohíban la venta de este dispositivo.
La venta de ModChips en España es legal al igual que lo era hasta ahora en Australia, donde el Juzgado Federal ha prohibido a la compañía su comercialización allí. Además, la sentencia obliga a la empresa creadora de PS Jailbreak a facilitar una cantidad de unidades a Sony para que sus ingenieros estudien este USB y puedan crear actualizaciones de firmware que eviten que los usuarios puedan piratear la PS3.
Australia es sólo el primer país en el que Sony ha dejado ver su fuerza y actitud ante la piratería de sus consolas. Una actitud que lleva años manteniendo y que había conseguido, hasta ahora, mantener su consola estrella ''virgen''.
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